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“BUENA SUERTE, MALA SUERTE ¡QUIÉN LO SABE!”


Etiquetas mentales
Pensamientos y creencias limitantes.

Seguramente tú no eres consciente de esos pensamientos basados en creencias, que lo único que hacen es limitarte. Ya sea a la hora de vestir, de bailar, de promocionar en tu trabajo, o en cualquier otra faceta de tu vida.

Eso te ocurre porque el foco está mal dirigido. Crees que no eres merecedor/a de lo bueno que te puede ocurrir. Algo contradictorio, ya que estamos programados para creer que nuestro bienestar, incluso nuestra felicidad está del otro lado. Creemos que para sentirnos bien o ser felices necesitamos lo que tenemos al otro lado y sino párate y piensa, ¿cuántas veces has dicho, ojalá me toque la lotería? Si tuviera dinero… haría esto o aquello, o si en vez trabajar aquí, trabajase allá las cosas serian muy diferentes, si mis padres no me hubieran hecho esto o aquello, hoy yo no estaría así.

Como seguro que te sientes indentificad@ con alguno de estos ejemplos, te habrás podido dar cuenta de eso que te comentaba, siempre ponemos el foco al otro lado, incluso muchas veces, hasta para sentirnos bien. Necesitamos que alguien externo nos diga eso que nosotr@s no nos podemos decir.

De hecho observa los juicios que haces hacia tu persona en el día a día, te dejo algunos ejemplos:

Estoy muy gord@ para vestir así.

Como voy a ir a bailar, si yo no tengo ritmo.

Yo no he hecho nada para tener tan buena suerte, hay gente mucho mejor que yo.

¿Te suena alguno de estos mensajes? Seguro que tú tienes muchos más. Haz la prueba, coge una libreta y vete anotando cada vez que te venga un juicio, pensamiento o una creencia que te limite.

Realmente eso que viene a ti como juicio, pensamiento o creencia limitante, no es más que tú parte racional egoica, que lo único que intenta es sabotear tu vida.

Tu eres parte de lo que te han dicho y parte de lo que tú crees que eres. Lo que te ha dicho acerca de cómo eres o lo que puedes conseguir, está basado en la creencia de la persona que te lo ha dicho, ya sean tus padres, herman@s, amig@s, compañer@s de trabajo, jefes, etc.

Por eso no debes creer todo lo que te dicen, porque entonces estarías alimentando en ti las limitaciones de esas otras personas.

Existe un cuento sufí que precisamente refleja esto que te acabo de explicar.

“¿Buena suerte? ¿Mala suerte? ¡Quién sabe!”

Cuenta la leyenda, que hace muchos años, en una pobre aldea, vivía un labrador con su hijo. Su único bien material con el que contaba, aparte de una pequeña casa, era un viejo caballo que había heredado de su padre.

Todos los días, el hijo llevaba al caballo a las montañas para pastar. Un día, volvió sin el caballo y le dijo a su padre que había escapado. Eso suponía un duro golpe para ambos, ya que era la única manera que tenían de ganarse la vida. Al enterarse los vecinos de la noticia, acudieron a presentar su apoyo al labrador. “¡Qué mala suerte!” era la frase que más se repetía en esos momentos. Pero el labrador siempre respondía lo mismo: “Buena suerte, mala suerte, ¡quién sabe!”.

Pasados los días, el caballo regresó de las montañas trayendo consigo a otros caballos salvajes. Era una verdadera fortuna. De nuevo los vecinos al enterarse, se acercaron a felicitar al labrador. “¡Qué buena suerte!” era ahora la frase más repetida. A lo que el labrador respondía: “Buena suerte, mala suerte, ¡quién sabe!”.

Los vecinos empezaron a murmuran entre ellos “¿Cómo que quien sabe?” Es una gran suerte encontrarte con todos esos caballos, sin pagar un céntimo.

Pasadas algunas semanas, cuando el hijo del labrador estaba intentando domar a uno de los caballos, este le arrojo al suelo y el joven se partió una pierna, los brazos y tuvo alguna que otra herida.

Una vez más los vecinos pasaron por la casas del labrador a expresarle su apoyo, ante esa desgracia. Como era habitual en estas ocasiones se volvió a repetir la frase “Qué mala suerte”, a lo que el labrador volvía a contestar:”Buena suerte, mala suerte, ¡quién sabe!”

Pasaban los días, cuando aparecieron por el pueblo unos soldados para reclutar a todos los jóvenes que allí Vivian. El hijo del labrador al estar convaleciente no pudo ser reclutado.

De nuevo los vecinos pasaron por la casa del labrador para felicitarle por la inmensa suerte que había tenido él y su hijo al no tener que ir a la guerra, ya que con mucha probabilidad muchos de los jóvenes que se habían ido no volverían con vida. ¡”Qué buena suerte!”, le volvían a repetir, pero de nuevo de boca del labrador solo se escuchaba: “Buena suerte, mala suerte, ¡quién sabe!”

Como puedes ver, todo depende de donde quieras poner el foco. Si te dejas arrastra por tu mente racional (ego) te creerás todo lo que te dicen.

Sin embargo si decides salir de tu zona de confort, y no permites que las creencias de otras personas te cieguen, logras llegar donde te propongas. Además dejaras de lado mucho sufrimiento, ya que el sufrimiento no se produce por las circunstancias, sino por la resistencia a aceptar algo que tu ego te hace creer como malo.

Has de aprender que la vida es como es, no como tú quieres (tu ego) que sea. Vas a encontrarte en situaciones más o menos agradables, momentos de incertidumbre, cambios…pero debes tener claro que eso es la vida, cambios y evolución. Cuando una puerta se cierra, otra se abre, solo hay que saber que eso es así.

Está claro que no podemos controlar todo lo que ocurre a nuestro alrededor, pero lo que si tenemos claro es lo que podemos hacer con lo que en el ocurre.

Como decía Wayne Dyer

No puedes controlar siempre lo que ocurre en el exterior, pero siempre puedes controlar lo que ocurre en tu interior.

Si me permites un consejo, date la oportunidad de observarte y hablar contigo.

Pregúntate:

¿Qué es eso que me gustaría hacer y no hago?

¿Qué me lo impide?

Eso que me lo impide, ¿es realmente un pensamiento mío? ¿O es algo que me han hecho creer?

¿Qué es lo peor que podría pasarme si lo intento?

¿Qué precio estoy dispuest@ a pagar para conseguirlo?

¿Qué debo soltar para coger lo que quiero?

Estas y otras muchas preguntas que te irán surgiendo es bueno que las anotes, para así poder tomar consciencia de que es lo que realmente te limita.





@dara_coach

Mayo de 2020

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